Eso que se siente y cuesta decír

A donde nos puede llevar ese fuerte sentimiento que un día nos atraviesa y nos asalta por sorpresa




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Ignacio Bustos


Se puede decir que el amor tiene la fuerza de un huracán, donde puede arrastrarlo todo a su paso. Aunque suene un poco cursi y pintoresco, su magnetismo puede sacar a uno de su tiempo y espacio. Una vez que el mágico sentimiento atravesó las fronteras de cualquier humanidad, nada volverá a ser igual. Porque su todo va a tender cambiar, y durante un tiempo ese convulsionado universo va a tardar en estabilizarse. Es difícil volver a ver la vida de la misma forma que la veía hasta antes de ser alcanzado por la fuerza de ese misterioso sentimiento. Porque si eligiéramos de quien enamorarnos (la vida sin esa vertiginosa carga de fuertes sentimientos) no tendría el mismo sentido que lo da la experiencia de amar y sufrir.
Esa fuerza en plena ebullición es capaz de abrir las más remotas ventanas dentro de uno -inexistentes para el mismo- mismo. Cada enamoramiento se podría decir que uno experimenta, es una especie de viaje al corazón de su ser, donde va conociendo remotos lugares oscuros inexplorados de su misma nada. Por más cursi que suene, la inspiración del amor, es inacabable como el mismo universo. Donde se puede recurrir una y otra vez al mismo tema con retoques y otros puntos de vista, aunque todo en si, sea lo mismo. En el apogeo donde la vibra mueve todo el sensible universo personal: poemas y canciones que antes entraban por un oído y salían por el otro, toman otra dimensión al prestarle un poco de sensibilidad a ese vasto cargado de sentimientos y contradicciones.  
En tiempos 2.0 da la sensación de que el amor se está trasformando en un fenómeno contracultural y de vanguardia. El sentimiento de hedonismo millenians, donde el compromiso se les hace algo pesado. El miedo de afrontar una situación tan inesperada que amenace con derribar ese rutinario castillo de naipes, simplemente los aterra. Hay gente que es capaz de resignar la búsqueda de la felicidad por comodidad.  
Hay momentos en la vida donde es necesaria una explosión que desacomode tanto comfort. A medida que una persona supera los grandes retos que la vida lo pone a prueba, mayor sera su evolución emocional. Escapando a los riegos de evitar sufrimientos, no hacen más que vivir estancados en un periodo que se puede alargar según la comodidad y cuanto esté dispuesto una persona a arriesgarse. porque la vida sin riesgos es una incesante monotonía de las mismas acciones que tienden a repetirse cuando no se está dispuesto a a atravesar. Ahora nos enteramos que los "iluminados" de la ciencia nos dicen que el amor a primera vista no existe; Entonces según la ciencia, mucha gente lo que sentía era mas que nada una picazón de culpa y remordimiento.

Ese simbronazo, o la tan populares "mariposas en el estomagó", son el signo del cambio de un "yo" que jamás será igual. En la penumbra de la incertidumbre, donde los pensamientos son intensos remolinos que giran sobre las mismas imágenes, una y otra vez. El largo y difícil proceso para desenfocarse del magnetismo que la otra persona dejo en el ser. El largo y espinoso camino por el que atravesara, será una de esas lecciones que marcaran la evolución de la madurez. Aunque en muchas ocasiones, el antagonismo sentimental lleva a esas peligrosas obsceciones donde la parca hace su acto de presencia en el amor; la violencia de genero se manifiesta en el extremo de la obsesión de no aceptar la perdida con la altura necesaria que las circunstancias lo ameriten. Como también cuando se pierde el mismo orgullo al punto de atentar contra uno mismo. La intensa búsqueda de ese golpe de efecto que lo saque a uno de ese terremoto. El ser puede experimentar tantos actos de amor propio, al perder el pudor, donde sin querer un día puede lograr lo inesperado porque la fuerza de esa intensidad lo llevo hacía esa oportunidad.

Ahora nos enteramos que los "iluminados" de la ciencia nos dicen que el amor a primera vista no existe; Entonces según la ciencia, mucha gente lo que sentía era mas que nada una picazón de culpa y remordimiento.





Ignacio Bustos

Twitter: @igbeabustos


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