A 30 años de 'Un Baion para el ojo idiota'

Se cumplen tres décadas de la aparición de unos de los discos más emblemáticos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Un baión para el ojo idiota. Fue el álbum que marcó el fin de la época under y el comienzo hacia la masividad.


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IGNACIO BUSTOS -(Esquina Rock)



Para el año 1987, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota tenían el gran desafío de volver a estar a la altura del histórico Oktubre. Y, con la vara alta, la sociedad IndioSolari - Skay Beilinson selló otro disco para la posteridad: en Un baión para el ojo idiota demuestran que su vasto universo creativo es infinito e inacabable. El disco gira en torno a temáticas de resaca revolucionaria en plenos 80’, como también un nostálgico rencor por un tiempo que no iba a volver.
Las ocho canciones que lo componen se transformaron, con el tiempo, en inolvidables clásicos de la inagotable cantera “ricotera”. Masacre en el Puticlubcuenta una verídica golpiza a un conocido dealer de La Plata (el Negro Cañón), quien tenía una estrecha relación con Solari y Jorge Symns. Vencedores vencidosdescarga una especie de metralla en nombre de una mutilada generación. Aquella solitaria vaca cubana muestra un costado más satírico. En las inolvidables Vamos las bandas y Todo preso es político, la herida de la tragedia generacional está muy a flor de piel. Esto se evidencia en Noticias de ayer, con el poder y los medios de comunicación de fines de los 80’. Por su parte, Todo un palo arroja la reflexión de la mediana edad con la frase “El futuro llego hace rato” (completa el tracklist Ella debe estar tan linda).
Para la grabación del disco, Los Redondos sortearon un sinfín de obstáculos debido a los cambios de integrantes. Sobre la marcha pasaron dos saxofonistas (de WillyCrook a Sergio Dawi), lo que modificó notablemente los vientos, y dos bateristas (delPiojo Avalos a Walter Sidoti). Es de destacar la paciencia de Semilla Buccarelli para adaptarse a los cambios de bateristas y de saxofonistas. Por su parte, Lito Vitale les dio, como siempre, esa mano en los teclados.
En lo musical, la dupla Solari - Beilinson estaba llegando a su punto máximo, puliendo un rock and roll sin la necesidad de sacarle ciertos matices de sonido under. Un under que, a esa altura de la década, les quedaba muy chico. La banda estaba en un periodo de grandes cambios. Entre ellos, eliminar esa estética bohemia que los caracterizó en los primeros años y los famosos monólogos de Symns al comienzo de cada show.
Es que ese año el rock argentino estaba en plena metamorphosis, sobre todo por las muertes de Luca Prodan, Federico Moura y Miguel Abuelo. Sin esos artistas de peso, el panorama cambiaba drásticamente. Y es ahí donde Los Redondos aprovechan su buen momento y captan mucho de ese público huérfano. Al año siguiente, fines de 1989, en 
Bang Bang estas liquidado tocan en Obras y dan por terminada una época para darle comienzo a la Era de la masividad, en la cual también nacieron las famosas rivalidades con Los Ratones Paranóicos y Soda Stereo.

Por esos años, el Indio Solari era columnista de la legendaria revista Cerdos y peces. Escribía mucho sobre temáticas que plasmó en Oktubre y Un baión para el ojo idiota. Temas como las logias, el manejo de los medios de comunicación y el cerebro detrás de cosas. Era su obsesión, donde en cada reportaje no perdía la oportunidad para explayarse al respecto. Varios medios los criticaban, porque consideraban demagógicas sus posturas, por seguir tocando en lugares muy chicos para el nivel convocatoria que los seguía. En esa época ir a ver a Los Redondos era una toda una aventura, porque los lugares siempre estaban al borde del colapso. Pero es a partir de Obras 1989, donde el under queda en el cajón de los recuerdos para siempre.






Fuente:

'EsquinaRock http://esquinarockweb.com.ar/noticias/nota/7553/un_baion_para_el_recuerdo

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