25 años de In Utero: El principio del fin

Hace 25 años se editada el último disco de Nirvana: seis meses después llegaría la trágica muerte de Kurt Cobain. Crónica de una década de tres años.

In Utero / Nirvana




Ignacio Bustos - Esquina Rock



In Utero no sólo marcó el principio del fin de Kurt Cobain, sino el de toda una época. Fue el tercer disco y último disco de estudio de Nirvana, el trío que dos años antes había sacudido al mundo con Nevermind, álbum que concretó el quiebre cultural de toda una época. La cultura grunge cambió el divismo de los sintetizadores por el pesimismo inconformista de suaves intros cargadas de power y pocos acordes. Pero Kurt Cobain no estaba preparado para afrontar tanta fama y lo abrumó al punto de sentir un hartazgo por todo, refugiándose en la heroína. 

El proceso de In Utero fue algo caótico: en medio de la exitosa parafernalia rockera, la compañía discográfica Geffen presionó a Cobain, Kris Novoselic y Dave Grohl para que grabaran el sucesor de Nevemind. Pero las constantes recaídas del líder que nunca quiso ser líder retrasaron la salida del nuevo material y, para salir del paso, el sello sacó un disco de rarezas llamado Incesticide

Cuando llegó la hora de ir a grabar, Kurt Cobain contrató por su cuenta al productor Steve Albini: le había gustado tanto su trabajo con Pixies en Surfer Rosa, que hacia ese sonido quería enfilar, evitando la sobre demanda de efectos de Nevermind. En definitiva, el cantante y guitarrista quería un sonido más áspero y natural. Finalmente, el disco se grabó y mezcló en un estudio alejado de la ciudad, al sur de Massachucets.   

Pero Cobain no había quedado conforme con el resultado (¿influenciado por la mala impresión que le dio el material en crudo a DGC Records?) y, ante la negativa de Albini de retocar lo grabado, finalizaron el disco con Scott Litt.

La narrativa de In Utero está sacudida por los perturbadores efectos de la fama, la reciente paternidad y la volcánica vida personal de Kurt Cobain, quien no terminaba de encontrarle sentido alguno a la vida. La estética y el diseño de tapa hablan por sí sola: un cadáver con un feto simbolizando el principio y el fin de la vida.

La adicción a las drogas de la pareja Cobain – Courtney Love los llevó a luchar por la tenencia de su hija Frances Bean Cobain, obligándolos a  prestarse a una sobre actuación, posando en varias revistas como una familia normal, sonriente y en piyamas de seda.

En Serve the sevants, dispara esa furia contenida contra la justicia por someterlo a un circo innecesario. La fuerza de Grohl no conoce límites, al punto de sentir que su batería puede estallar en cualquier momento. Mientras que el bajo de Novocevic está dispuesto para arropar y darle a Cobain el sonido suficiente para que pueda desplegar todo su esplendor.  

El volcán Cobain, con ribetes de poeta maldito, empieza a estallar a partir de la aterradora Heart shaped box, donde el oscuro punteo subraya como una daga tanto sufrimiento. El cual también se manifiesta en Rape me, o uno de los grandes himnos de la generación grunge, la melancólica Dump y All apologies, donde en una frase manifiesta su hastío por todo: "Todos son gay”.

Cuando In Utero salió al mercado, muchas tiendas de mercados lo sacaron de la venta porque lo consideraban algo "indecente" debido al alto voltaje del contenido de algunas de sus canciones. 

El histórico MTV Unplugged de Nirvana fue la gran despedida de Kurt Cobain con esa morbosa estética cargada de flores y velas negras. Fue allí donde el rubio dio las últimas pinceladas a su obra sufrida y determinante. Meses más tarde fue hallado muerto en su casa de Seattle. Hasta el día de hoy, muchos tienen serias dudas sobre su suicidio, debido al magnifico negocio que significó su muerte para la discográfica. Más allá de las suspicacias, lo cierto es que pocos años le alcanzaron para cambiar la historia y ganarse su lugar en el panteón de la grande de la historia del rock. 






Fuente: http://esquinarockweb.com.ar/noticias/nota/7725/nirvana_in_utero_y_ultima_la_primavera_del_rock 

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