Mundial 2018: ¿El fin de la potencia albiceleste?

 Argentina tuvo un mundial para el olvido, donde pago muy caro todas sus negligencias. La agónica victoria ante Nigeria, lo único rescatable de un equipo que no estuvo a la altura de una copa del mundo.  

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Ignacio Bustos - 'La Sexta Sección' Bahía Blanca 


 Cuando todavía esta muy fresco el reciente mundial, donde quedaron perlas para el recuerdo, como la consagración del joven equipo frances, el controvertido VAR y la decepción de las grandes selecciones. La Argentina se fue del mundial con sabor a poco;  podía haber hecho un poco mas. Este mundial particularmente, no se vio el espíritu de un equipo comprometido. La selección y Messi- en particular- dejaron una sensación de vacío, con gusto a poco y nada. 

El equipo lucio un espíritu –por decirlo- un poco burócrata, donde sus estrellas no se alejaron un centímetro de la comodidad de sus buenas vidas para realmente mentalizarse en pelear un mundial. Intentaron cumplir con el deber como lo hace un empleado cuando marca tarjeta. Lionel Messi, fue el mejor ejemplo de la falta de compromiso que lucio el equipo antes y durante el mundial. Dieron la impresión de un viaje de egresados, una despedida de la camada
Pero Francia –aparte de hacernos precio- nos mostró la cruel realidad, en cada una de esas subidas letales, donde cada llegada era una puñalada. Tuvimos un rato de ilusión cuando Argentina se puso 2-1. Las tres puñaladas francesas en once minutos nos devolvieron a la realidad, y de paso nos picaron el boleto. Se tuvieron que conformar con maquillar- un poco- el resultado. Se acabó la soñada foto –siempre en potencial- de Messi levantado la copa, y ver una tercera estrella. Habrá que aguantarse los próximos cuatro años de disparatados proyectos.

Durante un puñado de días hubo un poco de ilusión, tras el agónico triunfo ante Nigeria. La selección Argentina estuvo al borde de una vergonzosa eliminación en primera rueda, tras la caotica derrota con Croaca (0-3), donde el panorama pintaba muy oscuro. Cuando Marcos Rojo clavo ese derechazo (faltando cuatro minutos) la locura invadió a todos los argentinos por haber entrado a Octavos por la ventana. Ganar en esa forma alimento una ilusiono al punto de llegar a creer que se podía con ese desvencijado equipo.

El mundial en si, le servía un poco a la gente, para evadirse- un poco- de la dura realidad donde la economía hace sus estragos sobre los sueldos y la canasta básica. Maquillar un poco la realidad, durante treinta días para mirar una cantidad de partidos que no se ven ni en los siguientes cuatro años. Los irresponsables y despóticos manejos de la denominada "mesa chica" de Messi, Mascherano y compañía; no hicieron mas que dividir al resto del plantel y cuerpo técnico en la copa. Se culpo de todos los males a un impotente y limitado Jorge Sampaoli, quien mas allá de los groseros errores se lo señalo como si fuera el único culpable.
Ahora queda un largo camino lleno de interrogantes, donde la conducción de un "Chiqui" Tapia cada vez mas desorientado; todos los días da  muestras de lo grande que le queda la AFA, al igual que su copiloto Daniel Angelici. No se ponen de acuerdo ni para elegir al sucesor de Jorge Sampaoli. Desfilaron los nombres de Gareca, Pekerman, Sabella y hasta hicieron el papelón de sondearlo al Pep Guardiola . Para seguir dilantando una decisión fundamental se eligió como técnico provisorio a Lionel Scaloni, quien a pesar de haber ganado con la Sub 20 el reciente torneo en España, junto con Aimar, No cuenta con suficientes pergaminos para semejante responsabilidad. Aunque en la primera lista que dio, comenzó asomar el tan necesitado recambio generacional que la selección Argentina necesita.

El realismo "mágico" de la AFA, donde la realidad supera a la ficción con una dirigencia que náufraga en un vaso de agua. 



Fuente :https://www.lasextaseccion.com.ar/deportes/el-mundial-sigue-dando-que-llorar/

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