Hace 37 años, Uruguay
obtenía la Copa de Oro organizada en su país como celebración por los
cincuenta años del primer mundial. La tarde que volvió la ilusión.
Ignacio Bustos
Para Enero de 1981, Uruguay atravesaba uno de los periodos más
complicados de su historia. El no haber participado en el reciente mundial de
Argentina lo había devastado. La Copa de Oro en Uruguay, era una excelente
oportunidad para revindicarse con su publico y recuperar el cariño, para
encarar las eliminatorias, donde ocho meses más tarde tendría otro golpe
demoledor, al quedarse al margen del mundial por segunda vez consecutiva.Hacia unos meses el fútbol Uruguayo había recuperado un poco de orgullo con la obtención de la Copa Libertadores por parte de Nacional, después de tantos años.
El Mundialito de Uruguay, en el 81’se presentaba como la oportunidad para la junta militar que gobernaba en el Uruguay desde hacía ocho años. Observando el oportunismo de la dictadura Argentina con el ‘Mundial 78’, el gobierno de facto Uruguayo quería ensayar algo similar al Argentino. Rápidamente quedo descartado todo plan de “figurar”, ya que el publicó desde el primer momento les hizo sentir un muy incómodo hostigamiento hasta el final del torneo, de largas silbatinas y cánticos dedicados al gobierno de turno.
El Mundialito de Uruguay, en el 81’se presentaba como la oportunidad para la junta militar que gobernaba en el Uruguay desde hacía ocho años. Observando el oportunismo de la dictadura Argentina con el ‘Mundial 78’, el gobierno de facto Uruguayo quería ensayar algo similar al Argentino. Rápidamente quedo descartado todo plan de “figurar”, ya que el publicó desde el primer momento les hizo sentir un muy incómodo hostigamiento hasta el final del torneo, de largas silbatinas y cánticos dedicados al gobierno de turno.
La Copa de
Oro (como se llenaba realmente) se dio cita en una fecha poco frecuente para un
torneo en Sudamérica. Se jugó entre el 30 de Diciembre de 1980 y el 10 de Enero
de 1981. Participaban todos los campeones del mundo, con excepción de
Inglaterra, que a pesar de que no había clasificado a los últimos dos mundiales
(Alemania en el ’74 y Argentina en el ’78), aunque por sus pretensiones de príncipes
no hayan participado, no se notó mucho su ausencia que fue tapada por Holanda,
que a pesar de que para fines de 1980 estaba “capa caída”, no dejaba de ser
atractiva la presencia del subcampeón del mundo (Alemania 74’ y Argentina 78’)
en las últimas dos ediciones. Alemania venía con el “aura” de haber obtenido la
Eurocopa de ‘Italia 80’ (no se consagraría hasta el mundial de Italia, diez
años después). En el torneo en Uruguay, alterno entre titulares y juveniles, se
fue con las manos vacías. La Argentina -los flamantes campeones del mundo- abordo el torneo con uno de sus mejores equipos de la historia; los campeones del '78 con la estrella en ascenso: Diego Maradona. Por dos goles de diferencia, Brasil le gano el grupo A a la Argentina, y el derecho de jugar la final ante el anfitrión.
De entrada,
Uruguay invito a la ilusión cuando en el debut venció nada menos que a Holanda
(2-0), con goles de Venancio Ramos y Victorio. Todo en el primer tiempo.
Tres días después, con un Centenario
repleto (no entraba un alfiler) Uruguay venció a Italia por 2-0, con goles de
Cascarilla Morales de penal en el primer tiempo, y Victorino cuando terminaba
el partido. Con este resultado se aseguro su pase a la final, ante Brasil que
le había ganado el otro grupo a la Argentina (Campeona vigente del 78’) por una
modica diferencia de goles. Brasil traía un equipo copado de estrellas en
ascenso: Zico, Socrates, Torinho Cerezo, Junior.
El Domingo
10 de Enero, el Centenario fue anfitrión de una nueva final entre Uruguay y
Brasil; treinta años después del ‘Maracanazo’. Peleada y de dientes apretados,
no se sacaron ventajas hasta los cinco minutos del segundo tiempo, el
oportunismo de Jorge Barrios cazando un rebote en el área tras un remate tapado a
Ruben Paz. el delirio duro poco; Socrates igualo a los pocos
minutos de penal. A medida que pasaban los minutos, la incertidumbre y el nerviosismo se
apoderaron de todo el estadio Centenario. La fricción y los fuertes roces sumado
a los goles errados por Uruguay y Brasil, le daban un condimento especial a una
final con suspenso “no apto para cardíacos”. Hasta que a diez minutos del
final, estallo el Centenario como pocas veces en su historia. Victorino la cazo
luego de varios rebotes dentro del área y decreto el muy celebrado 2-1 sobre
Brasil. La imagen que quedara en el recuerdo, era de esa desbordante felicidad de un equipo celebrando con su publico "chapoteando" en el agua de la fosa.
Aquella selección de Uruguay fue dirigida por el gran Roque Máspoli (arquero del equipo del '50). Aquella conquista
fue muy celebrada, por el difícil momento que la celeste atravesaba. Con el envión de esta conquista, el fútbol uruguayo un mes más tarde tendría otra gran alegría con el triunfo de Nacional ante Nottinghan Forest (1-0). La selección juvenil de la mano de Enzo Francescoli y Nelson Gutierrez, lograrían el torneo Sudamericano disputado en Ecuador, en forma contundente goleando a la Argentina (5-1) en el ultimo partido.
Aunque el triunfo haya servido para pasar el momento, quien le quita lo bailado. La selección celeste no supo aprovechar ese gran envión; meses mas tarde sentió el trago amargo mas grande de su historia, al experimentar por primera vez en su historia, estar fuera de una copa por segunda vez consecutiva. Fue un pena, porque no se aprovecho aquel buen momento.
Aunque el triunfo haya servido para pasar el momento, quien le quita lo bailado. La selección celeste no supo aprovechar ese gran envión; meses mas tarde sentió el trago amargo mas grande de su historia, al experimentar por primera vez en su historia, estar fuera de una copa por segunda vez consecutiva. Fue un pena, porque no se aprovecho aquel buen momento.
Fue un verano inolvidable para Uruguay: en el medio de una tormenta, la esperanza reapareció.
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