River Plate en una semana perdió su gran objetivo: La Copa Libertadores ante Lanús y el Superclásico ante Boca Juniors en el Monumental. La Copa Argentina para no terminar con las manos vacías.
goal.com
IGNACIO BUSTOS - "El Informante"
goal.com
IGNACIO BUSTOS - "El Informante"
En cinco días se le vino el año encima a River. Entre el durísimo golpe que le asesto Lanús en la Copa Libertadores, y Boca en el Campeonato, no le queda otra que aspirar a la Copa Argentina para no terminar de desperdiciar el año. Siempre fueron protagonistas a lo largo del año, pero se quedo nafta en los tramos finales.
River Plate estaba destinado a ganar su cuarta Copa Libertadores. Su gran objetivo (y sueño) era enfrentar al Real Madrid de Ronaldo en Diciembre. En la Copa nadie le hacía sombra; en el único partido que dejo dudas (ante Wisterman), las despejo en menos de media hora, en el partido de vuelta en el Monumental cuando goleo sin piedad.
En la Semifinal ante Lanús estaba todo dado, ya se hablaba de la “hipotética” final con Gremio. Mientras el equipo buscaba el tercero, el partido se iba haciendo algo monótono y predecible. Lanús en el partido de ida en el Monumental, se había dedicado a esperarlo para el contragolpe que Germán Lux casi nunca vio. Pero el descuento de José Sand le dio vida a Lanús antes de terminar el primer tiempo.
Quizás el error de River pudo haber estado en no haber prestado atención a la resurrección de Lanús. Y la clave de Lanús fue haber empatado cuando comenzó el segundo tiempo; hizo que el tercero de Acosta, llegara más rápido de lo pensado y River se viera de repente acorralado.
El penal tan discutido que cobro el Colombiano Wilmar Roldan; se cobra o no se cobra en el momento. Lo que no se puede hacer, es dudar y apelar al VAR sin tener una mínima certeza, haciendo el “papelón” para la historia. Aunque tenga cierto “tufillo” a pases de facturas o compensación arbitral. Lo cierto es que River se quedo sin su máximo objetivo. Más allá del error o exageración arbitral, Marcelo Gallardo tendrá que tomar nota de ese tipo de distracciones. Los grandes objetivos del año, terminaron. En el campeonato aunque todavía falte mucho, quedo lejos. El Uruguayo Andrés Cunha, quien fue parte de la terna arbitral, fue designado por la FIFA para dirigir en el Mundial de Clubes.
El equipo de Gallardo quería regalarle un triunfo a su gente, ante el puntero invicto del campeonato, nada menos que Boca. Tuvo esa mala suerte de errar tantos goles, que a la larga se paga en el propio arco. River no pudo sostener la igualdad de Ponzio mas de cinco minutos, que a la primera llegada Boca puso la ventaja definitiva (2-1). El “Pitanazo” volvió hacer de las suyas en un Superclásico (El gol de Funes Mori en el 2014). Está vez le toco cobrar “fuera” en la acción de Ignacio Scocco, que hubiera sido el 2-2. Quedo a mano. El árbitro quedo en el ojo de la tormenta, y este fin de semana no dirigirá.
Ahora River quiere bajar el telón del año, lo mejor posible. Entre el campeonato – a mitad de año- que se escurrió de las manos y la Copa Libertadores, prefiere dejar dar vuelta la página y mirar para adelante: la Copa Libertadores del 2018.
Quizás Marcelo Gallardo y compañía esperen ganar la Copa Argentina para pensar rápido en el 2018. Si River Plate obtiene la Copa Argentina, jugara la final de la Supercopa Argentina ante Boca Juniors. Nada menos.
Fuente: http://elinformante.com.ar/la-semana-negra-river/
Comentarios