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Ignacio Bustos
Cuando el abismo más oscuro tapo el panorama, apareció la mejor versión del mejor Lionel Messi. A los 48 segundos Ecuador daba los primeros indicios de una tragedia deportiva. El baldazo de agua fría despertó rápido al equipo de Jorge Sampaoli que ordenado y sin perder la cabeza llegó al empate a los doce minutos; y diez minutos después salía del infierno dando vuelta el marcador. El tercero fue un soplo de aire fresco para terminar de desmoralizar a Ecuador y sentenciar la agónica clasificación. Una tripleta de Messi, para todos los tiempos.
Los primeros doce minutos, fueron los peores en los últimos cuarenta años. Para colmo, en ese momento de calvario estaban séptimos en la tabla. Con las especulaciones a la orden del día que venían desde San Pablo se predecía el peor escenario.
Lionel Messi hizo un partido soñado, seguramente sin caer en exageraciones quedará en el Top-Ten de la historia del fútbol argentino, por cómo se dieron las circunstancias. Se puso el equipo al hombro y sacó a flote toda su capacidad -la que los denostadores le exigen-, porque era el fin y seguramente hubiera costado muchos años reponerse del desastre que hubiera sido una eliminación de esta magnitud. Se hubiera tardado muchos años en formar un equipo competitivo.
Más aliviado, ya puede pensar tranquilo en el gran objetivo de su carrera: el Mundial. Al igual que Jorge Sampaoli, respira. El técnico sabe la ardua tarea que hay para estructurar un equipo competitivo que esté a la altura, para dar pelea. Como primer paso el DT de Argentina, Messi y Javier Mascherano, quieren dar vuelta la página en esta nueva etapa; reglas claras y basta de improvisaciones es lo que se exige. ‘Sampa’ en estos días tiene pensado elaborar un metódico plan con miras a Rusia 2018, que contenga desde un código de convivencia hasta la exigencia de partidos amistosos a la altura de las exigencias. Sin embargo, suenan profundos cambios para el cuerpo técnico y Sebastián Beccacece, Ayudante y hombre de confianza de Sampaoli, sería la primera baja después de algunos encontronazos y discusiones técnicas y tácticas.
El 11 de Noviembre la Selección Argentina enfrentará a Rusia en la inauguración del estadio que albergará la final del próximo Mundial -el 15 de Julio-. También asoman España o Ucrania, para el 14 de Noviembre -fecha FIFA-. Sampaoli no quiere saber nada con jugar amistosos con equipos eliminados.
Fue una eliminatoria traumática para la Selección Argentina, donde tuvo tres entrenadores (Martino, Bauza y Sampaoli) y tres presidentes (Luis Segura, La Comisión Normalizadora y Claudio Tapia). Fue un periodo muy difícil, donde se perdieron dos finales de Copa América seguidas, y con Chile (2015-2016). El equipo hasta jugó una Copa con la AFA en plena acefalía, y toda la eliminatoria en ese clima de inestabilidad. Se entiende el desahogo hasta en las lágrimas de Enzo Pérez (El gran acierto de Sampaoli) y Lucas Biglia por lo “ríspido” de lo que tuvieron que atravesar emocionalmente.
Hubo cantos hacia un sector del periodismo, que en los últimos tiempos no hizo más que descalificar en forma agresiva al técnico y parte del plantel, sin la menor objetividad. Saliendo del sentido común, utilizando adjetivos descalificativos pesados.
Las mezquindades de la dirigencia (Tapia, Angelici, Moyano, Segura y Armando Pérez) estuvieron a punto de llevar al Caos. En esta etapa tiene que haber primero una fuerte autocritica, y después empezar a trazar objetivos en el corto, mediano y largo plazo. Patear todos para el mismo lado. Si no se llevan adelante cambios profundos, es muy difícil que en el tiempo veamos resultados. Esta vez Messi estuvo iluminado y a la altura del mejor Maradona. Esto que pasó, ojalá sea un aviso de lo que no hay que hacer de acá en adelante.
Fuente: http://elinformante.com.ar/
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