Las Cinco de la tarde


                                           
Resultado de imagen para avenida de mayo
(nuevaciudad.com)







Eduardo Peralta Acevedo



Son las cinco de la tarde de un Viernes, y lo único que te queda es hacer un poco de tiempo.  Te excusas de no poder ir al “Happy” con los compañeros -cuestiones económicas-: te escudas en alguna ficticia enfermedad de tu pobre hijo (siempre te salva con esa); ese mismo instante, la está descociendo en el equipo del colegio. Se busca una razonable excusa para zafar de esa tentación que puede atentar en varios frentes en forma simultanea. Ves si podes hacer algo del trabajo que se acumula, pero el motor se queda sin nafta a los siete minutos. Piensa en “un buen matecito para hacer tiempo”, pero lo obligaría a compartir con esa tentación que amenaza con arrasar lo que se tiene; razona cinco minutos, si muriera mañana, estarías satisfecho con lo hecho hasta ahora? Entro en el pánico de la duda. Recorre por enésima vez los diarios on line, y el atentado de ayer en Europa es una noticia vieja. Ya que hoy  por la tarde hubo otro sobre la costa. En los diarios deportivos no hay gran cosa si no hay Fútbol.          
  
El fin de semana largo está a menos de una hora, cuando la oficina se va vaciando de los que se van para el “happy”; estas por entrar en esa fila, aunque si los usas para irte temprano después no hay vuelta atrás. Mejor seguir y aguantar un rato mas, cuando la tentación esta cada vez mas sola y con ganas de hablar y preguntar sobre cosas ignotas como “hara calor el Martes?”, haces que no escuchas, no querés entrar, como quisieras que no te de ni la hora- por suerte andas medio seco- Los redonditos de Ricota te hacen compañía con ese disco  que siempre te lleva a la época de la secundaria. Lees mensajes de wat sapp de tu mujer que “trae esto, trae lo otro”; te reprochas no haber ido con el “grupete” aunque estés un poco corto. El sol hace rato ya no quema en la fisonomía del microcentro; escondido, la sobra atrae ese frío de fin del invierno.

Estas realmente tan harto de las Redes Sociales, que tenés pensado (aunque no cumplas) no abrirla en todo el finde largo, ya que querés dedicar a terminar varios libros inconclusos, que seguirán en dicho estado por mucho tiempo más. Lo que realmente te tiene podrido de las redes sociales, es la eterna guerra de Kirchneristas y anti K (ahora Macristas) donde monopolizan la red, a puro enfrentamiento, descargando su resentimiento y un volcán de frustraciones entre si mismo, en nombre de garcas inmorales de séptima. “País de boludos” repite una y otra vez cada vez que ve comentarios de esa cyber encarnizada guerra “al pedo”; repite una y otra vez. Los manda a la “mierda” cuando de un lado u otro lo quieren meter en la “grieta” como esa harto de esa palabra, la detesta. No entiende la gente con tantas preocupaciones y metas, perdiendo el tiempo con este “gatopardismo” de cuarta. Aunque muera el Peronismo, las manías van a quedar, anda a bajarle la persiana del “kiosco”de alguno de esos guardianes de la la moral y las buenas costumbres (como habrás escuchando miles de veces en tu frustrado periodo universitario) Pura sobreactuación para la gilada que tiene la imperiosa necesidad de creer en seres superiores, si no, no pueden vivir.

Muy Lentamente paso la media hora más lenta de la historia, en la que ya no sabes como hacer para no mirarla. Ahora comenzás aflojar; no descartas nada (verbo hace un rato inexistente) seguís firme en tu postura como sea: te espera, te preguntas por dentro: “porque no la vendrán a buscar”, las dudas te carcomen tanto, que hasta llegas a pensar que es un mimo del destino por tanto sacrificio e infelicidad. Ya te sentistes un “ceniciento”, pero guarda con las multas que te deje la calabaza, acumuladas en la resaca del Sábado por la tarde tratando de reconstruir esa mil piezas de un rompecabezas imposible de armar.

Levantas la cabeza de algún libro que tenés en el cajón (de esos que no llevas a tu casa por miedo a que tu mujer te saque volando, porque no hay más espacio), y ves sus ojos oscuros clavados en vos. No hay escapatoria porque ya no quedo nadie, y de tanta duda, le tiras un que hora es, con el reloj puesto. Dejas de reprimirte y te dejas llevar por esa imaginación que te muestra esa pelirroja de escultural cuerpo como dios la trajo al mundo, con una piel anaranjada de terciopelo. Es peligroso hasta saludarla, no me la podría sacar de la cabeza. Se fue el sueño y todo lo que acontecía a la modorra.


Se hacen las seis de la tarde y salis volando, evitando invitarla o algo parecido; sos un campeón zafastes. En estos días, seguro engancha algo y ya no vas a sufrir por estar ahí nomas. Te imaginas una estresante doble vida, que no va con vos. Vas caminando por la Avenida de Mayo, y miras libros en la librería de saldos. Seguís caminado, sin necesidad y apuro de otra cosa que de seguir a pie. Pasas por la puerta de “Clover”, desde ya te te tantas por un “2 x 1”, total no es tanto después de todo. Cuando te acomodas en la barra y te dicen: “Hola”, giras la cara y ves a la “tentación” como único copiloto de barra, tomando su pinta con su “cachonda” sonrisa. Lo que es la vida, después de haber huido de ella aterrizas a su lado como un llamado del destino. 


Comentarios