Dia de Clase



Eduardo Peralta Acevedo



Un día de esos que de haber sabido lo que traía como regalo, seguramente hubiera seguido en la cama.  Lluvioso, ventoso y frio: la incomodidad y paja de trasladarme hacia la facultad era tal, que falte a la primera clase del día.


Mientras me acomodaba, un incesante desfile de candidatos para el centro de estudiantes paso al frente. Todos con las mismas boludeses; es la época del año que la masturbanda, tiene una exitacion  insoportable.  Que el reglamento del CPO -como si les importara-. La primera una densa y con el guion hasta la última coma de memoria. Después un gordito de “Franja Morada” (potencial chanta) con una campera “barbou” nueva, también con la promesa de cambio del reglamento del CPO. Este ultimo mostraba una oratoria más ordenada ya me imaginaba en los afiches en unos años, aunque estaba en la etapa política que son insoportables. Era un Martes de que encima jugaba la selección y el día, una mierda. Por un lado menos mal que estaba así, ya que era principio de mes y no tenía un mango; lo ultimo lo había gastado con el maniático de Patricio, en la anterior  fecha de eliminatorias, entre cervezas e impensadas pizzas que no estaban en los cálculos. Ya que íbamos para alguna empanada, pero el narciso orgulloso, si no le gusta algo impone todo a fuerza de caprichitos, lo bien que le hubiera venido un revés.

Vuelvo al día de facultad,  a veces me voy por las ramas sin darme cuenta que llegue a la punta, cuesta bajar después.  Bueno como les decía: era un día ideal para hacer huevo calentito en la cama. Roberto Alvarez como siempre, con su ilimitada capacidad para adaptarse al día, entre sabanas contesto una hora después el mensaje que le había enviado. La fiaca hasta para sacar los brazos de las sabanas. Su ansiedad estaba si el Tio Sam lo había perdonado o no. Le habían soltado la mano hacia semanas, por despilfarrar en menos de una semana el ultimo giro. El problema que Roberto Alvarez se confiaba porque el dólar aca siempre se infla como la kriptonita, y eso le jugaba encontra, en vez de pagar el hotel adelantado y calcular la comida, saltaba de garrocha a los barcitos y cuando se daba cuenta que tenia que pagar  el hotel y comer, andaba mendigando a todo mundo con cara de perro mojado, por eso le decían "Perry". Siempre estaba por llegar el giro o el Hungaro, que ya era bautizado como "Esperando a Godot".
Volviendo al Martes con cierto tufillo a bodrio serial: era un garron estar ahí rodeado de pendejos pajeros de primero, con algún veterano o de la tercera edad. Hacia años que me habían despedido del ultimo laburo en una redacción, me volvia loco por volver a pisar una. Parecia una maldición con 35 años, estar haciendo otra vez la facultad. Parecía que todo lo había hecho durante años, no había servido para nada. Sentía que estaba en una pesadilla, de la cual no veía el momento de despertarme. Una  desmotivación sentía por todo, allí dentro. No prestaba atención y todo me parecía excesivamente aburrido; no veía la hora de volver a lo mío para mandar a la mierda esto de una vez. En lo único que podía centrar mi atención era la cantidad de chicas guapas que pasaban por esas aulas. Una chica muy guapa detrás mío; fuertes rasgos muy tanos, cuando el profesor paso lista muy atentamente escuche su nombre: Venecia Fazio. Para recordarlo. A todo esto todavía no había comenzado la clase y para colmo la compañera de la tercera edad, comienza a toser de una forma que todos se dieron vuelta y la socorrieron.A esa edad la humedad pasa esas facturas con punitorios.  La "Tanita" como tantos, centro su atención en lo que se veía como un futuro fiambre. En la distracción viendo a la que seguro presencio la la fundación de la UBA, dejo al descubierto, unos redondos y muy lindos senos, que se notaban por un rosado y algo ajustado pulover rosado. No podía dejar de observarla aunque estuviera detrás mío, como cualquier acto reflejo. En una de esas pasadas, sorpresivamente me dio una muestra gratis de su brillante dentadura y de sus pomposos labios. A esa altura uno se imagina, la salida y el "fin" que toda salida entre ambos sexos tiene. Deci que es gratis imaginar, si no estaría tranquilo en casa, cobrando por pensar boludeses.
 
 


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