"Mas vivo que nunca"

 

El peligroso juego de “péguenle al muerto”

AGUAFUERTE PORTEÑA


anibal fernandez, anibal, nisman, argentina, corresponsal, encuesta, elecciones kirchner, cristina, nacho bustos Buenos Aires amaneció empapelada con estos afiches / Foto: Nacho Bustos
 
AUTOR: Nacho Bustos | Corresponsal en Argentina


Aníbal Fernández es de esos personajes de la política que conoce al dedillo todo el engranaje de su funcionamiento. Las “roscas” politiqueras, el oscuro mundo policial -por eso fue ministro del interior-, y las internas municipales y provinciales. A Fernández no se le escapa un dato, es el jugador que todo candidato quisiera tener en su equipo.
Fue intendente de Quilmes, vale recordar con una gestión bastante polémica que terminó con su escape en el baúl de un auto prófugo de la justicia. Su lealtad a Carlos Menem finalmente lo salvó.
Por todo esto, cuando hay que hacer el “trabajo sucio”, sabiendo de antemano que su exposición va a ser muy criticada, aparece Aníbal, que está dispuesto a todo. Y a esta altura, ya ha demostrado que es el soldado más fiel de “la guardia pretoriana”.
Es famoso por la falta de filtro a la hora de dar las más desmesuradas opiniones – sobre todo en twitter- de Macri, Carrió y hasta de gente del mismo entorno oficialista. Sin dudas está ahí para hacer de “vocero” protector y poner la cara, para lo que es fundamental estar dispuesto a la exposición.
Los K lo indultaron de su exilio en “Siberia” y se lo tragó con su calle a Capitanich, mandándolo de vuelta para el Chaco. El otro día de llegar a la Rosada le encomendaron su “Misión pianta votos” que consistía básicamente en criticar al muerto más mediático de los últimos 30 años; el fiscal Alberto Nisman. Lo llamó “turro” y  “sinvergüenza” y lo acusó de utilizar los fondos que el Estado destinaba a la investigación del atentado a la AMIA para “salir con minas y pagar ñoquis”.
Un nivel de bajeza inédito.
Nissman
Hace unos días Buenos Aires amaneció empapelada con fotos del fallecido fiscal Nisman, rodeado de excéntricas y preciosas mujeres, con un nivel de sarcasmo negro (que a esta altura no sorprende nada) acompañadas de la leyenda; “#Todos somos Nisman?”.
Estas fotos fueron decomisadas del celular del mismo Nisman.
Al fiscal Nisman lo mataron por investigar al gobierno, no por su vida de “Dandy”. Aníbal Fernández, ni lento ni perezozo, pegó otro de sus habituales “volantazos” al denunciar al abogado Adrian Bastianes por publicar fotos del cadáver del fiscal, diciendo que fue “una animalada desagradable”.
Y de animaladas sabe. El Jefe de Gabinete tiene un frondoso “currículum” de denuncias penales, incluida la ya mencionada fuga del baúl en los 90. Muchas otras, por la falta de filtro en sus opiniones.
Se había anotado en la carrera “presidencial”, pero los números ni para arrancar le dieron. Buscó la Gobernación de Buenos Aires, y tampoco tuvo mucho envión. Seguro, estará a disposición de un próximo gobierno -gane quien gane- y seguro que el próximo gobierno va a querer contar con sus servicios.
El acuerdo PRO-UCR descolocó al mundo oficialista. Aníbal Fernández no tuvo reparos en decir que eran “la nueva Alianza”, emulando al renunciante y subestimado gobierno de Fernando De La Rua. Algo que se esta haciendo una pésima costumbre, es el bajo nivel de descalificaciones, siendo de lo más soberbias desde ambos sectores (oficial y oposición). En los programas, panelistas que no se dejan hablar entre sí, se pisotean y gritan todos al mismo tiempo. El invitado habla, pero lo interrumpen como si fueran adolescentes.
Bajo el agobiante calor del verano, en el mismo momento en que se hacia el otoño, como marcándole el ritmo electoral, aparecieron las encuestas, que varían según quien las emita. Para unos arriba está Scioli, seguido por Macri y más atrás Massa. Para otros Macri toma una considerable distancia de Scioli, y Massa. A todo esto, ninguno de los tres tiene decidido quién los va acompañar en la fórmula.
 
 

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