La Muerte de Gerardo Sofovich

Se fue Sofovich, el Espectáculo de luto

AGUAFUERTE PORTEÑA

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AUTOR: Nacho Bustos | Corresponsal en Argentina
Este domingo la clásica Avenida Corrientes amaneció distinta; con una atmósfera de luto. Su último hijo pródigo se había ido. A los 77 años, Gerardo Sofovich falleció de “un shock hipovolémico por hemorragia digestiva grave”Sus restos fueron velados en la Legistatura de la ciudad de Buenos Aires hasta la madrugada del lunes.
Dueño de una carrera brillante y única, Sofovich fue autor de numerosos éxitos televisivos (clásicos) como “Polémica en el Bar” que se recicló hasta el hartazgo durante décadas, rotando entre grandes figuras como Javier Portales, Juan Carlos Altavista, Jorge Porcel o Rolo Puente, entre muchos otros; y sobreactuando las típicas discusiones del bar porteño: fútbol, política y cosas de la actualidad.
Otro gran éxito fue “La peluquería de Don Mateo”, reciclado en “Operación ja-ja” en los ’80 y en “La peluquería de los Mateo” diez años luego.
Multifácetico, Sofovich fue director, guionista, conductor y hasta se dio el lujo de actuar en dos películas en los ’80. Figura indiscutida de la calle Corrientes, logrando éxitos de taquilla en el teatro acompañado con grandes figuras que su “tercer ojo” supo descubrir, y luego pulir hasta hacerlos brillar en la cúspide.
Dos de ellos fueron Alberto Olmedo y el gordo Jorge Porcel, producidos desde el comienzo por Gerardo Sofovich y su hermano Hugo, luego eternamente distanciado por peleas. Para las películas de Olmedo y Porcel le quedaban chicos los cines de Corrientes. Luego, las obras siempre terminaban en el Gran Rex -con entradas agotadas- para pasar a otro teatro
Fue en los “80” que Sofovich comenzó a delegar un poco la producción y probó con la actuación en cine, aunque sin mucho éxito, con las películas “El desquite” y “En retirada”. Luego, siguió probando fórmulas en plena década de éxitos arrolladores. Y fue en esa época que probó y triunfó como conductor de televisión. “La Noche del Domingo”, con la pulseada y la media manzana, se volvió lo más visto el fin de semana.
Y por supuesto, también fue un personaje por momentos muy controvertido. Quedó en el ojo de la tormenta a principios de los ’90 -época privatizadora-, cuando siendo interventor del Zoológico se pasó para el lado de los accionistas en dicha compra.
Tuvo un muy polémico paso por ATC (la TV Nacional de hoy en día), en el cual una de sus medidas más cuestionadas fue (en plena época de recortes) la no transmición de los partidos de las eliminatorias para el Mundial de USA 94 para el interior del país. Finalmente terminó cediendo ante la presión mediática y renunció. También, tuvo innumerables causas por administración fraudulenta.
Detrás de su figura exitosa, Sofovich tenía una colección de dramas. De chico perdió una pierna, algo que ocultó hasta que algún periodista mediocre del espectáculo hizo de ello un morbo mediático. Otro de sus grandes dramas fue la adicción de su único hijo durante décadas. Sufrió cada recaída y lo internó en los mejores centros de rehabiltación del mundo. Y como si fuera poco, a esto, se le sumó luego el azheimer de su mujer.
Solo diez días antes de cumplir 78 años se lo veía en su último programa de “Los 8 escalones”, visiblemente desgastado y desmejorado por las innumerables internaciones que tuvo como consecuencia de una vida de fumador empedernido. Eso sí, siempre estuvo muy lucido a la hora de responder, y hasta sus últimos días siguió con un ritmo de vida muy fuera de lo común para una persona con ese desgaste físico.
Este domingo se fue una persona que supo marcar el ritmo de la cultura popular -la conocía como pocos- y crear productos que marcaron épocas y generaciones. Sofovich se fue, pero sus viejas películas se seguirán a pasando en cuanto canal haya, ya que como sus invenciones, son un antes y después para el espectáculo nacional.

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