LA CONJURA DE LOS GANZOS


La Conjura de los Ganzos

AGUAFUERTE PORTEÑA


máximo kirchner, hijo, kirchner, actualidad argentina, columna, opinión, beavis bustos, ignacio bustos, columnista, gobiernoMáximo Kirchner y su discurso desde la cancha de Argentinos / Foto: Telam


AUTOR: Nacho “Beavis” Bustos | Corresponsal en Buenos Aires
La desmesura es una marca registrada que ostenta el Gobierno y sus cuadrillas de seguidores, hace rato que dejó de sorprender. El sábado por la tarde, el “príncipe heredero” de la Dinastía K, Máximo Kirchner, hizo su histórica presentación en la cancha de Argentinos Juniors, y se acabaron todos los mitos tejidos alrededor de su figura en los últimos años.
Mostró un discurso preparado desde hacía meses. Y para sacarlo a la luz, debió haber entrenado mucho. No mostró grandes cualidades dialécticas, pero  tampoco hay que subestimar un debut ante 40.000 personas.
De todas formas, fue al frente con frases fuertes como “si quieren que se vaya, "ganenlé en las elecciones”. Algo que suena bastante difícil, ya que la Constitución lo prohíbe, y con lo que tienen en el congreso, tiene más chances de llegar el Titanic a puerto que el Kirchnerismo de reformar la Costitución.No creo en su ingenuidad, en realidad bajó una línea para comenzar el armado para 2019. El tema, es evitar el “desbande” después del 10 de Diciembre del 2015, cuando terminen su irrenovable  mandato.
Nunca falta esa berreta sobreactuación con esos tintes de “epopeya utópica” de infantiles provocaciones, ante enemigos, que al voleo los señalan víctimas de la desesperación. El barco se hunde irremediablemente, y mientras el dólar ya pasa la barrera de los 15 pesos, Axel Kicillof acusa a la embajada “yanqui” con la complicidad de Hector Magnetto (Ceo de Clarin), Mauricio Macri y a los que no les guste su gastado  y decadente “Relato”.
La época pasó, y su impronta quedó desactualizada, aunque todavía tengan reservas para dar algunas “batallas”. Sus expresiones tóxicas, cada vez más cansan hasta a la misma tropa. Uno no los puede seguir siempre, porque es un gran desgaste mental y emocional escucharlos repetir mañana tarde y noche, la misma bajada de línea.
Máximo Kirchner, con su provocador discurso diciendo “acá estoy yo, llegó la hora de la verdad” y rodeado de la cúpula de cortesanos incondicionales de la Cámpora, o como diría Oberdan Rocamora, “la agencia de colocaciones del Estado”. No dejaron de inflar el discurso, como queriendo imponer en líder político al príncipe heredero.
Cristina comienza a buscar un cinturón al afimar que en su ausencia, puede armarse un “estallido de sendos conspiradores”, ya que Luis Barrionuevo (célebre por la frase “hay que dejar de robar por dos años”) ahora también da predicciones sobre el un posible estallido a fin de año debido a la insostenible situación “que cada vez está más fuera de control”.
Los “Hiper liderazgo” son el gran mal argentino. Siempre confiando a la voluntad del Liderazgo “semidivino”  urgidos en salvadores de la patria, para ser descartados, cuando su moda termine, como preservativos baratos. Mientras, la Oposición (Massa y Macri) se perfilan como los principales candidatos, y a Scioli no se sabe como etiquetarlo, como su ambigüedad lo muestra. Desde el oficialismo, todos sacan números para ser candidatos, con la ilusión de ser bendecidos por la Reina.
Todos hablan como el diputado Luis Kunkel, que dijo que si no podían renovar la Constitución, deberían “disolver el parlamento”. Suenan a expresiones provocadoras de impotencia, ante el desfile irreversible de “fin de era”.

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