Diario "La Posta"

La Santa Kriptonita

AGUAFUERTE  PORTEÑA

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AUTOR: Nacho “Beavis” Peralta | Corresponsal de La Posta en Buenos Aires.
Maratónicos días de correr detrás de la codiciada esmeralda verde.  De tan alto que subió, perdió de vista el piso. No se puede andar tranquilo cinco minutos, que el arbolito brota con una fuerza que no da tregua. Quizás es el adelanto de la primavera, que nos trajo unos días semi calurosos, lo que le está dando ese impulso inalcanzable al “verde” brote.
Son días movidos en la City Porteña. El dólar parece que estuviera corriendo una picada con el termómetro. En cada “cadenazo” faraónico de Cristina, o en los masturbatorios discursos del ministro de Economía, Axel Kicilof, se ve que la suba del dólar es la “Kriptonita” del gobierno.
Su proyecto de ley titulado “Proyecto oficial de cambio de sede para el pago para bonistas reestructurados”, ya cuenta con el rechazo del Radicalismo y el Macrismo, y por supuesto se coló en la campaña para el 2015.
Los Arbolitos del Microcentro se han reproducido. Negociar para vender en casas de cambio, ha sido una ardua tarea.
Personalmente he tenido la mala suerte de caer en el mismo “bóxer”, con la misma vieja (más pinta de tarotista, que de cambista) de la otra vez, que me caminó cuando el dólar se puso a 13,35, encaprichándose a cambiármelos  a “13,10” aduciendo los pocos dólares que yo le ofrecía, como si ella fuera a recaudar poco. Su nariz -con un horrible lunar a punto de estallar- iba creciendo a proporción y ya traspasaba el vidrio.
Abortando la misión, logré llegar a una de la calle Corrientes, donde conseguí un “13,25”, aunque el pibe seguro no estaba enterado de la última suba del día.
En el almuerzo en “La Rey” disfrutaba con satisfacción haberme sacado el clavo de seguir buscando buen precio. No había terminado el primer pedazo de muzzarela y ya escuchaba en la mesa de al lado que el dólar estaba en “13,45”. Me quedó la muzzarela atravesada por haberme apurado.
Los turistas se los veía algo eufóricos, no era para menos. Lo que tendrían presupuestado para el cafecito de media mañana, seguro ya cubría hasta la cena de mañana. Mal no se los veía en el barcito a la noche animando la conga.
Muchos arbolitos se vieron venir la subida y rajaron a Uruguay en busca de más divisas. A la noche, los canguros del “cambio” bailaban en una pata con el “13,55” final. Invitaban toda clase de rondas de cerveza a cuanta gente se cruzara por su Warholiana gloria. Lo peor de todo, es que hasta esta misma columna que estoy escribiendo, se me está desactualizando sobre la marcha,  ya que el dólar saltó en un rato de 13,75 a 13,85. Seguramente cuando ustedes lean esto, este más desactualizada aun.
Los precios por ahora siguen igual, aunque se vienen unos aumentos inimaginables. Hay que aprovechar mientras dure, por lo menos hasta mañana.
La recesión es cada vez  más  evidente, comienzan a verse muchos negocios cerrados en las principales calles comerciales. Todo debido a la falta de consumo y estabilidad. También aparecieron los despidos y suspensiones en fábricas de varios sectores productivos.
La kriptonita a esta altura, está más desatada que una epidemia

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