Eduardo Peralta Acevedo
Ciertas
veces de los tramites, más insoportables suelen ser hacer la eterna y tediosa
cola de banco. Historicamente, suele ser un castigo al que nos sometemos porque
no queda otra. Pero con las nuevas tecnologías, se agilizo el tramite por
internet. Los privilegios a distintos tipo de cuenta bancaria, los cambios en
los procedimientos para agilizar lo que es imposible, la cola del banco. No le encuentran solución, han experimentado
todas las formas posibles, pero seguís tardando una eternidad, y peor aun con
las mamparas por “seguridad”, terminaron tendiendo la confusión.
Es un dia
cualquiera, que un empleado va depositar dinero en el cajero. Error la maquina,
le devuelve la tarjeta y los tapones del empleado saltan a niveles inéditos, al
tratar de ser calmado por un ejemplar de esos de seguridad (más parecido a la
policía de los Playmovil).
Lo mandan
como uno más hacer la cola, cansado, del mismo indiferente trato que en las
oficinas publicas, le hablan como si la maquina le hubiera tragado un vuelto de
50 centavos. El escándalo es tal, que tienen que intervenir seguridad con
amenazas de llamar a la comisaria 1era. Pero el empleado, no le importa, porque
la de la división Narcotrafico, se la monta cada tres días. Los seguridad, no
les queda otra que “molestar” al ultra
ocupado del sub Gerente. Seguro, de que lo va disuadir, para hacer tiempo, pero
la plata no se devuelve, sin pruebas. Le llevan al exaltado a su oficina, donde
le narra lo sucedido, mientras el “vice” solo piensa en la fiesta de este
Jueves en Palermo. Esta en la gloria, se le regalan por ser el simple hecho de
su puesto. Tiene “succionadora” dia por medio, de alguna empleada que debe
alguin favorcito. Lo mira como un salame que no vale dos pesos, con
ciencuenta. Convencido por su ego, que se quedo a vivir en el “cenith”, que no
va dar el brazo a torcer. Despues de que le explica el empleado su situación, el
indiferente “vice”, llama a Eugenia, para acompañarlo, mientras el empleado
toma una tarjeta de su escritorio, algo que no ve con buenos ojos. El empleado,
insiste en que le rientegrewn los que la maquina, le robo. El banquero, con
aires de “Boudou”, le dice que no hay pruebas, que lo disculpe, que no puede
hacer nada. El empleado, contrlando su furia le lee el nombre que hay en la
tarjeta, “trabajo en varios medios on line, Diego Heredia. Creo que lo voy a
buscar en Facebook, auwqnue no me acepte, creo que varios medios on line, de la
cámara Argentina de los bancos, les gustaría conocer de su incompoetencia”.
Como una
hoja de papel, Diego el “Vice”. Se le vino, inesperadamente un baldazo de agua
fría encima. No tenia con que
reaccionar, no habia otra. Ahí el empleado al verlo débil, aprovecho la
contraofensiva, para arrinconarlo, mientras anotaba en la agenda de su celular.
“Mire Diego, usted es un hombre, jove, seguro debe ser soltero y en con un buen
puesto. No va arriesgar su prestigio por 5 lucas” Lo mira Diego, “pero si eran
3”, le dice mientras en forma totalmente irritada, lo observa. “Me cobro
Intereses, por hacerse los vivos. Esto o el comienzo de tu decadencia. Sabes, que después
de una cosa asi, nio hay vuelta atrás, la caída es estrepitosa” Diego, quería
pelearla, pero el simple hecho de imaginar perlerlo todo lo ponía muy mal y muy
nervioso.
-Bueno,
quedamos así, y te vas de mi banco. Derrotado y humillado por un cadete, Diego
esperaba una rápida respuesta, para sacarse ese cadete.
-No tengo ganas
de cambiarle la cuenta mi pobre viejo, después de todo es una persona mayor. No
tiene porque romperle las bolas con pelotudeses de banqueros comodos. Es más
ahora te voy a pedir que le depósites 2 lucas mas. Cumple años. Si no el
escracho mediatico o por intenet, puede ser fulero para un pibe en la gloria como
vos.
-Algo más?
Indignado, Diego, resignado.
-Quedate
tranquilo Diego, te devuelvo la tarjeta en cuanto se acredite el dinero.
Despues de 5
minutos, fente a la pc, Diego le hizo el tramíte en el momento. Por supuesto
que le dejo la tarjeta, y la tranquilidad.
Al otro Dia
el Flamante, vice, contento de la vida, se dirige hacia su despacho, al ver la
puerta trancada pide explicaciones.
-Jose, tiene
que haber un error, se cago esta puerta,
llama al cerrajero.
-Diego, aca
tenes una nota del Gerente.
“Viendo tu
proceder en el problema con el asunto de ayer, nos sentimos decepcionados, por
haber puesto tanta confianza en vos, y que te baile un cliente a si nomas. Te
agradecemos tu tiempo. A partir de hoy
tu puesto lo ocupara, Agustina Ferraro. Un saludo. La Gerencia”
Diego, logro
recuparse enseguida, después de comenzar de abajo como mozo en un resto de San
Telmo, logro juntar unos mangos y con las especulaciones sobre compra y venta
de divisas en el calusoso enero 14, logro con un par de amigos, ponerse una
casa de cambio.
Cierto dia
en la cueva, cuando el empleado entro Diego primero lo miro con odio, y después
con cierta gratitud. Penso, que si no hubiera sido, por el irrespetuoso
“Empleado”, seguiría en la burocracia bancaria, haciendo carrera y horarios. Le
volvió a cerrar a favor del empleado sin mencionarlo y con unos caramelos de
más, y algún saludo. Mientras se retiraba, le dejo una tarjeta de la “cueva”
para que le preguntara con “línea directa” a su mano derecha, una muy sensual rubia
con unos verdes ojos mar, “Valeria, me llamo” para trato con confianza,
bendecido por el Diego. Se retiro volando con la guita encima hacia el banco a esperar,
en la eterna fila, en la que algún libro o pensamiento prohibido sobre Valeria,
tendría. La llamaría para consultarle cualquier boludes con tal de escuchar esa
sensual voz.
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