Furiosa Ciudad


Eduardo Peralta Acevedo - Aguafuerte Porteña


Vientos de mañana, amenazaban  con un tibio y frio dia. Creo como es costumbre, nos volvimos a equivocar y feo.
Atravesar la ciudad de Buenos Aires; es toda una “odisea” Desde el vamos. Los colectiveros usando su experimentada muñeca “mágica” del Diego (el volante más peligroso), para salir a salvo o imponer, pero seguir en pleno embotellamiento en vísperas de un gran paro Nacional.
Desde luego que el Muñeco “Coqui”, desde su acomodado “atril”, tratando de traidores a la patria, a la soberana y reina emperatriz, y no se cuantas sobreactuaciónes mas. Con el “arlequín” matinal bien puesto, y su rutinario “sckech”, falto de reflejo y sorpresa. El escaso interés amenaza con cambiarlo, por algo mas grotescamente llamativo, que los medios y la opinión publica, hable y le ladre. Ni un minimo comentario, ni risas. Solo turbios espaldarazos. El verano, paso como sus fugaces estrellas, buscando sus quince minutos de gloria, sepultados quedaron.
El eterno embotellamiento, daba para todas las situaciones. Mientras había menos posibilidad de avanzar, que El meñeco “Gabo” de la soberana de generar algo interesante, con su gran “scketch”.
 Las situaciones más insolitas  se podía ver; - “mañana dice el negro, que va laburar”, de una bondi a otro dos Diegos, en medio del embotellamiento comentaban. En un llamativo ataque de risa, el gordo y clavo, no podía parar, al escuchar que un “compañero”, se quería bajar del paro.
-Dejalo, ajajajja, ya vas a ver, como las 12:30, esta con los muchachos haciendo el fuego, por Kirchnerista salame. Las motos, otros grandes “barriletes cósmicos”, haciendo piruetas y pasando finitos, y devolviéndole gentilezas a la pobre “madre” de alguno, confundiéndola de profesión, con las pobres chicas, de gentilezas por verde placer.
Los viejos en el Colectivo, con el “maleducada gente”, en medio de su frio asfixiante , de ventanas más cerradas que un trasero de muñeco. El sofocante calor, incitador de la leona morocha, vecina de asiento, comenzara a sacarse y dejar ver sus fogoso tatuajes, linda hora.  La de atrás, con su auricular, reprochando a su novio (por lo visto, flamante medico), que no podía verla nunca, (o no quería) con ese nuevo trabajo en el hospital publico, seguro en la primera siesta de guardia compartida, se la habrá olvidado en alguna siesta de segundos.
Los viejos, que 15 minutos antes; estaban quejándose de la juventud y la mala educación, con su apariencia de 90 o 95 años, el relator omnisciente, nunca fue su habilidad adivinar edades “chotas”. Pasando el semáforo, a los gritos se hicieron bajar, 10 metros antes de la parada, el “Diego”, quejandose con su inspector que al ver el aspecto de los viejos, se le rio un poco, con la sentenciosa “ de que te reis gordo pelotudo”, de parte de la mas vieja, que a más de uno en “off side” dejo. Tragandose semáforos, y  esquivando calles cortadas, su objetivo, horas (horas de atraso) a duras penas cumplió.



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