La banda de rocanrol liderada por Juanse volvió a tocar en vivo, luego de seis años de ausencia, ante una multitud que colmó el Hipódromo de Palermo. Y hubo indicios de que éste fue el comienzo de una nueva etapa.
(Axel Plish- Esquina Rock)
Ignacio Bustos
16/09/2017 en el Hipódromo Argentino de Palermo - Cuando se hicieron las nueve en punto clavadas, se apagaron las luces del lugar: la larga vigilia de seis años había llegado a su fin. Ante la emoción del público que anhelaba este momento (promotores principales de la vuelta), salieron al escenario Juanse Gutiérrez,Sarcófago Cano, Pablo Memi y Roy Quiroga. A puro rock and roll, el cuarteto disparó toda furia contenida de tantos años con las primeras notas de Ceremonia. Allí estalló toda esa ansiedad contenida y el público, conformado por gente de todas las edades, le puso el necesario calor a la fría noche palermitana.
El repertorio que ofreció Ratones Paranoicos estuvo bastante repartido, ideal para el disfrute de las diversas generaciones que no se quisieron perder esta vuelta, donde hubo clásicos de antología de siempre, como Estrella, Sucio gas, Enlace, Rainwow, Rock del gato, Cowboy, Juana de Arco y Rock del pedazo, entre otros; y, por supuesto, tampoco faltaron perlas de distintas épocas, comoCaballos de noche, El Centauro y Destruida Roll.
Agradeciendo en más de una oportunidad al público por la multitudinaria presencia, Juanse dijo: “Una noche más, muchas menos tampoco”. Y dejó la puerta abierta para pensar que este show representa el comienzo de una nueva etapa. El cantante mostró un envidiable estado físico: no paró de cantar, correr por los costados y hasta volvió hacer de las suyas…Totalmente poseído, durante Enlace, se colgó en los caños de la escenografía en forma de escalera, encendiendo a la multitud que extrañaba esas excentricidades que el carismático líder siempre supo mostrar.
El sonido Made in Paranoico mostró una versión renovada con la inclusión del panista German Wiedemer y un trió de coristas encabezado por Gori (guitarrista de Juanse). Estas incorporaciones se lucieron en Isabel y La nave, que le dieron otra intensidad del maratónico repertorio de 32 canciones (¡dos horas y media de recital!). Algo similar ocurrió en los pasajes en los cuales sonaron, por ejemplo, El reflejo y Una noche no hace mal, donde Juanseavisó: “Vamos a ir mechando, estamos en el Siglo XXI”. Y ése fue el mejor estimulante para combatir el frio que rondaba por el Hipódromo de Palermo.
La banda ahorró invitados: el Zorrito Fabián Von Quintero (bajista entre 1997 y 2007) fue el único que subió, acompañando en varios temas en bajo o en piano. Tampoco faltó el clásico y extenso solo de batería de Roy pegado, como siempre, Boogie. Por su parte, Sarcovolvió a tener ese rato especial cuando entonó Vodka doble, que recibió una enorme ovación. Mientras que Pablo Memi mostró la solidez de sus mejores tiempos. La escenografía del show estuvo acorde a la magnitud que había tomado este regreso paranoico con cuatro pantallas individuales (una para cada integrante) que se encontraban ubicadas detrás del escenario y dos a los costados del escenario.
La inolvidable noche tuvo un cierre a la altura de la velada con Para siempre, donde la lluvia de pepelitos metalizados le dio un poco (más) de color a una noche histórica para los Ratones Paranoicos, y el rock nacional, donde demostraron que el rock and roll no tiene edad y la rueda sólo paró para cargar aceite y tomar un nuevo envión.
Gentileza "Esquina Rock": http://esquinarockweb.com.ar/
Comentarios