En el hundimiento "salvense quien pueda"

Eduardo Peralta Acevedo.

"Solo se arrastra quien no tiene alas ni pies"
(Miguel Abuelo)


El "Titanik", a lento paso avanza hacia el oscuro delta por dentro. El "Capitan ich", con el timon en la mano fuera del control, mira los ingobernables comandos y al grito "Salvense quien pueda, yo salto, minga que espero al ultimo". Mientras la compugida mirada de culpa, "El copiloto", quien no para de hacer mamarrachos, hundiendo ala tripulacion por completo con el plomo de su presencia. Varios para para que siga el viaje como condicion piden tirarlo, para aliviar el "Titanik".
"La emperadora", da la orden de que a nadie se le ocurra saltar. Lo frenan al "Capitan Ich" sobre la cornisa,que una vez mas, dice "la ultima la proxima ahogense ustsdes con ese monton de teflon".
"La emperadora", dice que que el "copiloto" se hunde, nos hundimos todos con el. Hay que preservarlo en la tormenta.
Mientras tanto en la disputa del entretenimiento, el principe "Maximus Bolus II", vuelve a reescribir las reglas de juego para que sus amigos jueguen, y sus arlequines mas fuieles, sigan ahi cantando "odas" ala "Emperadora".
La corte Partidaria ¿ex fieles?, hace cola para lavarse las manos, son varios. ocultando su rostro.
"Clemente Bernado", con la toalla, limpia alguna mano sin emitir un sonido, saludando con la mano sana.
Nunca se les conoce para donde esta parado realmente, aunque flame la bandera de un lado, se sabe que apunta ala Atenas de la emperadora. Su "muda" virtud, lo hace indispensable para escuchar "el mega monumental" nivel de hartazgo, que entre partidarios oye.
El movimiento (que hace ya, rato que esta mas estatico que el marmol), planea la nueva excusa, de emperantar este fracaso ala "Emperadora" con la epoca,  Para caer parado como siempre. Mientras se gesta el proximo "Rey Sol", aunque su virtual lider unioversal, en Roma se encuentre, ala oda de la maravilla, antes cadaver, mas escupido de toda la historia.
El reloj, avanza a pasos agigantados, cada prueba de laboratorio, acelera aun mas el reloj, el tiempo se acaba, la ansiedad al extremo va en aumento, como la perdida de valor del morlaco, el cobre y lo utilizable e intercambiable.
Se hunde en el fondo de la tomenta, el "glorioso" busto de un ojo. La tormenta de viernes, sobre "El Panteneon Rosado" avanza , dejando para el escape la terraza, con los botes listos. Un sumbido lentamente comienza a oirse, aunque se ponga linda cara de "colgate" esforzadamente para la foto, sus columnas principales, hacen planes de velorio, sin entrar al cementerio con ellos.

La banda de jazz, no da nota con claridad. De la mano del "Niño romanticon", improvisa una nueva escala que termina dando vueltas en la misma melodia del comienzo. Sus largas patillas de Sandro, no parecen tener alquimia. Mas bien da la sensacion, que tanto fuego, mal utilizado, un "bonzoludo", su consecuencias pueder terminar en una ceniza que ni el viento, al rio mas podrido quiera vomitar.

Autoconvencida, "La emperadora", de que su poder podia hasta parar el reloj. Como si fuera de arena y en ella hubiera quedadado cubierta. Emprende una "Ultima" imginara batalla, con el sector mas devoto de sus fieles, si esos, del "altavoz", que hasta ellos mismos el efecto, de "control", comienza a desaaparecer, ante las preguntas que se hacen, ante tamañas demostraciones de heroismos de cabotaje. Las dudas van en aumento, como el nivel de oxido que va teniendo su maquinaria Burocratica.
  

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